Adrián Gómez nació en la Ciudad de Oaxaca, México, en 1950. A finales de la década de los 60, llegó casualmente a la comunidad zapoteca de Teotitlán del Valle, reconocida por su rica tradición textil; cautivado por la belleza y complejidad de los tapices locales, decidió aprender esta técnica. Adrián fue acogido por el maestro Fortino Olivera, quien le enseñó a tejer en telar de pedales. Esta experiencia formativa fue fundamental en la trayectoria de Adrián, quien, desde entonces, ha dedicado su vida a explorar las posibilidades expresivas del tapiz. Posteriormente, profundizó sus conocimientos aprendiendo la técnica de gobelino en la Escuela de Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes, guiado por el maestro Pedro Preux.
Formado en dibujo, pintura y grabado en la Escuela de Bellas Artes de la Ciudad de Oaxaca, Adrián Gómez se vio profundamente influenciado por las corrientes artísticas y los movimientos sociales de su época. El arte pop, con su estética vibrante y su crítica social, junto con el espíritu contestatario de los movimientos estudiantiles, marcó su trayectoria. Su obra, arraigada en la realidad urbana, refleja la vida cotidiana de las periferias y sus habitantes a través de diseños cargados de simbolismo y referencias culturales. Su trabajo es único en el país. En él rescata la tradición del tapiz, fusionando sus diseños originales a través de diversas técnicas textiles, como el gobelino, el sarape, el labrado con pedal de seis pedales y el telar horizontal, empleando fibras vegetales, animales y sintéticas, y explorando una amplia gama de texturas y colores.
Su trabajo se ha presentado en exposiciones individuales y colectivas en París, Copenhague, Kovdor, Groenlandia, Oaxaca, Tokio, Texas, Ámsterdam, Barcelona y Miami. Adrián también ha incursionado en diversas áreas, como la investigación de tintes naturales, la cerámica, la joyería, la pintura y el arte objeto, así como en la docencia de la técnica de tapiz en diferentes comunidades de tejedores en el estado de Oaxaca.