Desde pequeña Hermine tuvo acercamiento directo con el arte, ya que creció junto a su tío, el conocido pintor armenio, Aram Macharyanre, a quien Hermine reconoce como su maestro, con quien aprendió de música, historia del arte, etc desde los 6 años. A los 8 años ingresó al selecto grupo de niños talentosos de Armenia.
Su preparación profesional la realizó en su país natal , en donde destaca el Instituto de Artes Plásticas de Yerevan, ingresando a los 17 años, y en donde se especializó en miniaturas antiguas y; a pesar de que parecía que su vida personal y profesional estaba encaminada a continuar en su país, en donde incluso realizó distintos trabajos de pintura y restauración para algunos museos y estudios en Armenia; en octubre de 1999, decidió mudarse a México, luego de que su esposo recibiera una invitación a visitar tierras aztecas, por parte de un amigo cercano.
Sin conocer a detalle la cultura, y desconociendo por completo el idioma, decidieron emprender el viaje que, sin planearlo, les cambió la vida por completo y para siempre.
Demiro
Hermine encajó tan bien en la cultura mexicana que tuvo que hacer una concesión en favor de los mexicanos, pues, Demirtshyan, su apellido, les resultó prácticamente impronunciable, al notar esta dificultad, Hermine, siguió la recomendación de un amigo y cambió su nombre a Demiro, pseudónimo que utiliza desde hace 10 años.
“Los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana”– Chavela Vargas
Eso mismo de lo que hablaba Chavela Vargas, le sucedió con Hermine, pues pareciera que estaba destinada a estar en México, ya prácticamente aterrizando en territorio mexicano, realizó exámenes para ingresar al jardín del arte de San Ángel, en la Ciudad de México, y como era de esperarse, gracias a su preparación y talento, fue aceptada.