Yael Mancilla Gewölb ama a su patria, Chile, pero prefiere
a Oaxaca porque “allá no hay calendas”.
Chile es un país que no tiene colores; es frío, serio, expresa, no obstante, con una amplia sonrisa
que luego remoja en la espuma de un café capuchino.
Por eso cuando su paisana, la poeta y pintora María Rosa Astorga le habló de Oaxaca y la invitó avenir no lo dudó ni un segundo.
México le ofrecía además estar cerca de la pintura de artistas que admira desde niña, como Frida
Khalo y José Luis Cuevas.